La pérdida de fuerza de los vientos de un
huracán sucede en el momento que:
Pasa sobre áreas marinas cuyas aguas tienen
temperaturas menores a 27° C y existe alta presión
atmosférica.
Atraviesa una isla, península o cabo.
Choca con la superficie continental.
Las tres causas anteriores provocan que un huracán
desaparezca, aunque la nubosidad que forma continúa su viaje, lo
cual ocasiona lluvias de diferente intensidad.